martes, 15 de diciembre de 2009

El silencio, la voz


-¡Basta! -ordenó el profesor de guardia alzando -quizás demasiado- la voz para hacerse oír entre la telaraña de voces que se había formado en pocos minutos. Dicho esto se apagaron las risas, los juegos y los murmullos que instantes antes habían invadido la clase, ahora sumida en un silencio absoluto.
Aunque, en el fondo, Javier sabía que este silencio duraría como mucho un minuto, si había suerte, si no, al cabo de segundos empezarían de nuevo los comentarios y los juegos en voz baja, pero el tono se iría elevando por momentos, inevitablemente, por eso él no podía comprender por qué los profesores pedían un silencio, apenas momentáneo, que los murmullos se llevaban sin dejar constancia de que había estado allí.

Paula Matías Roca

7 comentarios:

  1. ¡Qué bueno el relato que nos haces, Paula, sobre esas situaciones que todos vivimos en los Centros de Enseñanza! Y mucho mejor es que alumnas como vosotras seáis capaces de producir textos con tanta intensidad emocional que nos hacen recordar momentos de los que podemos obtener algo creativo.

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  2. me parace una histori muy buena porque es cierta. los profesores tienen queaguantar mucho... algunas veces creo quedemasiado

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  3. me parece un micro-relato muy bien escrito ...
    ¡enhorabuena paula ! ¡ me encanta !

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  4. Está muy bien escrito, enhorabuena a quien lo escribió.

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  5. El grupo de alumnas -sólo se han animado ellas- ha propuesto realizar alguna lectura que se salga del circuito curricular y comentarla a lo largo de, o después de, las vacaciones.

    Animaos y felices, felices y muy felices vacaciones.

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  6. Es cierto lo que dices, Paula. Enhorabuena

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  7. ¡Hola!
    Quería darle las gracias a Paula por escribir un tema tan real como la enseñanza y que ella ha sabido plasmar estupendamente.
    ¡Enhorabuena!

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