Estoy en este precioso acantilado que tanto me gusta, está cerca de mi casa, me paso el día mirándolo. Recuerdo aquel día lluvioso y desapacible, y recuerdo el mar agitándose para terminar chocando con las rocas puntiagudas que forman el acantilado.Me alegra recordar cómo las olas eran una o inmensa que se deshacía al llegar a la orilla; imaginaba que estaba dentro del agua dejándome llevar por las olas; el mar estaba precioso, fuerte y azul. Hoy esperaré, no pienso moverme hasta que llegue mi ola.
Estefanía, 3º C
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